Elegido el nuevo gobierno para el próximo período en Argentina, y con el hecho histórico que es la primera mujer elegida por el sistema democrático para gobernar, paso a exponer lo que algún gobierno próximo debería encarar en el proyecto nacional (o los desafíos que -una vez más- vienen):
* la distribución del ingreso: de esto no se ocupó seriamente -hoy la expresión mágica sería "de un modo sustentable"- ningún gobierno en la historia nacional. Esto, económicamente significa: achatar la diferencia, reducir la brecha, entre los que más ganan y los que menos ganan. O lo que es lo mismo: poner en práctica al capitalismo, cuya esencia consiste en que CUALQUIER MIEMBRO DEL PUEBLO pueda acceder a los medios de producción por medio del ahorro. Mucha gente gana mucho por nada serio, y mucha gente gana poco sin capacidad de acceso a lo que el salario debe comprar: salud, educación, vivienda, recreación. Por tomar como ejemplo a la vivienda, lo que hacen falta son "viviendas para el pueblo", y no "comisiones o subsecretarías de la vivienda" para los amigos.
* la relación entre educación y empleo: o dicho de otra manera: conducir la racionalidad entre los subsidios por desempleos, el plan industrial/servicios nacional, el plan nacional de educación. Cualquier país que quiera ver un futuro (= plan), debe considerar la relación educación-empleo-paro como monolítica.
* dignificar la función legislativa como lo que es: la representación de la voluntad del soberano (y con "soberano" me refiero al pueblo): esto quiere decir que si el poder legislativo -ambas cámaras, sobre todo diputados- no comienzan a pensar en el perfil nacional industrial-servicios seriamente, independientemente del gobierno, el país será un velerito intentando volver a puerto con viento de frente (averigüe el lector cómo se hace)
* que la función judicial sea el proceso que la constitución prevé: casi similar al ítem anterior, si la justicia no actúa con independencia del gobierno y en consonancia con la voluntad popular que trasciende al gobierno, es una función sin proceso, organizacionalmente inconsistente.
Dado el sistema político argentino, solamente una institución tiene la responsabilidad por los logros o no de estas propuestas: los partidos políticos.
En el normal desarrollo funcional de los partidos políticos, los ciudadanos se forman para gobernar, para administrar, desde la política, el gobierno y todas las áreas ministeriales que el gobierno de turno decida como operacionalización de la directiva estratégica nacional (DENAC) que se autopropone y propuso al pueblo.
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