viernes, diciembre 21, 2018

La lamentable democracia monárquica que nos dejó Alfonsín

La democracia se está comiendo a la República.

La runfla democrática armada por el radical Alfonsín en 1983 está dando cuenta de la pobre calidad de los políticos radicales, muchos de ellos aún gobernando, o en cargos, o influyendo en las sombras o dejando familiares con nefasta influencia en el sistema educativo nacional.

Los que vinieron luego, siguieron gestionando la pésima calidad de la dirigencia visible e invisible, incluidos los lamentables mafiosos y monarcas sindicales, muchos de ellos aún en sus puestos, gracias a las lamentables leyes transadas por los legisladores e interpretadas convenientemente por los jueces.

En medio de todo esto, la República, el bien del pueblo y su felicidad, agonizan.

Las trampas urdidas por la runfla democrática hunden la república y su futuro, formando de modo insuficiente e ineficiente al pueblo estudioso.

Desde la primaria, pasando por la secundaria y ni hablar de la universidad, el nivel decadente de formación dado por el profesorado legitimado en concursos o designado a dedo por la runfla conductora, asegura un futuro de baja competitividad en las economías internacionales vigentes, promoviendo endeudamientos que jamás serán pagados y conflictividades que jamás serán conducidas, ya que tampoco la formación de los líderes incluye en enfoque de la conducción estratégica y del conflicto útil al bienestar del pueblo. No hay barreras partidarias ni ideológicas de los responsables.

El pueblo,,,, demasiado bueno y bruto y voluntarioso y complaciente. Todo lo que necesitan los jerarcas atornillados en legítimos cargos o en las sombras para asegurar su monarquía y que el ciclo se haga perpetuo.

Así es el pasado de las últimas décadas en argentina, así es el presente y asi será el futuro.




martes, diciembre 11, 2018

Vicioso

Te explico cómo funciona la recursión en este caso: vos ponés profesores mal o insuficientemente formados, que enseñen poco o nada o lo que no hace falta enseñar. Entonces tenés alumnos mal formados pero que creen que eso es lo que está bien.

De esa manera, cualquier profesor más o menos, queda desubicado como un exigente, que recibe malas opinines y es separado legítimamente, porque si algo les gusta a los mediocres es la legitimidad de sus pares.

Y así el ciclo se regenera, y se llama círculo vicioso, ya que la sociedad está cada vez peor por causas de ella misma.

Y todo gracias a la dirigencia lamentable y a los obedientes complacientes.