Leía la nota sobre el plan para formar 110.000 jóvenes y adultos en programación y no podía dejar de acordarme de las (buenas) ideas del Dr. Ricardo Moreno Castillo acerca del deterioro de la educación en su país (España) atribuida en su caso a "los pedagogos".
Desde mi perspectiva, deberíamos sumar a la dirigencia que los contrata, además de la propia responsabilidad sobre las investigaciones y programas débiles que hacen del profesorado -formado como posgraduados- una recurrencia hacia el deterioro nacional.
¿Hubo alguna vez en el país un proyecto (nacional y de estado) que relacione educación y empleo? En caso afirmativo, ¿en qué cajón quedó archivado?
Veo, por ejemplo y sin desmerecer lo que hay, ¿cómo puede ser que la UBA, con cursos de tango, idiomas nativos, cursos varios, CBC's y otros del estilo, y con tanta investigación encarnada en grupos, también encarnados, casi incrustados, no haya una (UNA) propuesta para favorecer el desarrollo de un nicho para la economía como es el de programadores?
Podría admitir que el ISO no tenga nada de eso entre sus actividades educativas: aún no logran que sus afiliados aprendan a limpiar las veredas de Buenos Aires sin gastar miles de litros de agua potable empujando hojitas, hormiguitas y palitos con mangueras, pero que la universidad nacional con mayor tajada de presupuesto no haya previsto el faltante o la oportunidad,,,, en fin....
Pareciera que, tanto dirigentes como pedagogos, deberían salir de sus sistemas de creencias para poder abrir a una perspectiva más interesante para la construcción del futuro (social) que haga del pueblo un generador se su propia felicidad, algo más sustentable que hasta ahora, y eso sí que sería una gran actitud científica, o al menos típida de la mente científica o investigadora.
El pueblo merece cambios, y ni su dirigencia, ni sus pedagodos ni su profesorado, lo están ofreciendo.
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