La cantidad de cursos, muchos de ellos con certificación propia, relacionados con la conducción, el management, la dirección, la gerencia o como prefiera llamarse, es una evidencia del déficit de contenidos serios en los planes de estudios de las carreras que forman dirigencia.
A principio del siglo XX Fayol advirtió al gobierno Francés de dicho déficit, lo que provocó una reforma básica en el sistema educativo del ámbito.
Pareciera que los esfuerzos globales tanto de entidades gubernamentales como de empresas privadas está más orientado a seguir entregando a la dirigencia un recetario de aplicación más que fundamentos que mejoren los criterios decisorios de los conductores.
Obviamente, hace falta menos inteligencia para el recetario (cantidad y calidad de los portadores -léase directivos y profesorado) que para pensar programas educativos nacionales y globales (no hablo sólo de mi país, y no excluyo a EEUU.
Tal vez sea el recurso más escaso de la dirigencia actual que prepara la dirigencia futura.
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