Adelante del señor, hay otro señor sin un brazo. El de atrás mira, y en nanosegundos, a una velocidad pasmosa, compara lo que ve contra el "modelo de señor" que tiene almacenado en su mente, y concluye: el señor de adelante es manco.
Comparar contra un modelo interno no lleva nada; construir, sostener y alterar -si se puede- el modelo interno nos lleva la vida.
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