Es difícil ver el aporte al sistema democrático que hace la coalición entre los asuntos académicos y los asuntos gremiales.
Un sistema de soplones, subordinados cercanos a la obsecuencia y al temor de perder su empleo, que echan a los que no lo están o difieren o aportan con su crítica la oportunidad de la mejora.
Un sistema de manejo de las compensaciones económicas bien cercano a lo arbitrario y tirano y bien lejos de la justicia social y laboral que declaman en los escenarios.
Alguien decía que no hay mejor manera de volverse estúpido que callar a los oponentes. ¿Cómo llamar al que echa oponentes y a los demás -temerosos de perder el empleo o los beneficios arbitrariamente concedidos- los calla?
Si (IF) el sistema con mayor responsabilidad del sostenimiento de la felicidad del pueblo, el sistema educativo, tiene estas características, ¿qué se puede esperar del futuro? ¿cuándo entra la dirigencia que cambiará esto para bien?
Los bastones largos de los 60's -lamentables- duraron una noche. Los bastones largos de la psico-sociopatía, de la arbitrariedad, del ninguneo, del maltrato, de la usurpación arbitraria de espacios, de la irrupción "policial" en las aulas, de la censura de temas de proyectos que democratizan las instituciones y los concursos, de la expulsión arbitraria y amiguista, del uso perverso y con doble moral de mecanismos genuinos para alejar a los que no piensan como ellos, del abuso de poder y generar miedo a perder empleo, del uso (y retiro) de mecanismos lamentables para reconocimiento y compensación económica, del mal uso de los recursos nacionales, de la desorganización como método para "la política" desestabilizando sistemáticamente las estructuras que funcionan,... esos parecen venir durando unos miles de días.
100 años después de la reforma, ¿quiénes son los tiranos?
Deodoro Roca, ¿dónde estás?
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