Tal vez sea una buena ocasión para que los partidos políticos pongan en su agenda la discusión sobre qué clase de nacionalidad es buena transmitir / construir para el futuro de las naciones (de los pueblos nacionales).
Algo aprendimos en las últimas décadas: los nacionalismos del tipo fascista / estalinista hicieron estragos en la felicidad de los pueblos, destinatarios de todos los esfuerzos de los gobiernos.
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