Con la salida de un gobierno que se ha especializado en desarmar la coalición interna y dividir, la dirigencia que surge -los que dirigen, no los que mandan- tiene la (nuevamente histórica) oportunidad, y ojalá esta vez sea, de cohesionar la coalición interna con la finalidad de enfrentar el verdadero desafío del siglo 21, que es competir adecuadamente contra los demás países o -mejor aún- bloques de países.
El Congreso debería centrarse en qué perfil industrial es el adecuado para la nación, y con eso ver a qué calidad de vida PUEDE aspirar el pueblo, fijando el tipo de cambio.
A continuación, deberá poner esto en leyes y luego que el ejecutivo las transforme en planes y administre dichos planes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.