Por algún extraño motivo, la palabra "natural" se instaura en el vocabulario de algunos dirigentes del gobierno.
Noy hay "relaciones naturales" o algo que pueda interpretarse unívocamente cuando una ministra dice "de vuelta a la naturalidad".
Han existido y existen países vecinos amigos y también enemigos.
Seguro que es conveniente ser amigo de los vecinos, pero es una construcción -una co construcción para ser estrictos- que poco tiene que ver con la naturalidad.
Toda co construcción social, además, seguro que está impregnada de los intereses que hacen a una manera de ver el mundo, denominada "ideología".
Lo que no parece correcto es llamar "ideología" a los fanatismos, fundamentalismos, mesianismos y otros ismos del estilo con mayor o menor grado de elaboración comunicacional, todos enemigos del sistema democrático e instituciones de la democracia, a los que hemos estado expuetos los últimos años, y a los que el mundo en muchos países sigue expuesto.
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